Con el correr de los años, la legislación de la mayoría de los países del mundo fue evidenciando una evolución en términos de derechos, igualdad y libertad para todos los ciudadanos. Nuestro país acompaña esa tendencia, con la cual muchos colectivos han visto, en las últimas décadas, plasmados nuevos derechos reconocidos por ley e incorporados por la sociedad que también madura y evoluciona, entendiendo que los derechos son para todos los seres humanos, independientemente de su raza, sexo, color, religión, orientación sexual, origen social o étnico, capacidades especiales, etc. En ese cuadro de situación, los derechos comunicacionales de niños, niñas y adolescentes fueron ganando también visibilidad y consistencia, en un proceso que comienza por asumir a este grupo generacional como sujetos de derecho y no ya, como ocurría hasta hace pocos años, como un “objeto” de la protección y control por parte de los adultos y los órganos de Estado